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Se presenta Montserrat Caballero en Sindicatura para repartir culpas

En su segunda comparecencia ante la Sindicatura Procuradora, la exalcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, optó por el camino de la confrontación.

TIJUANA.— Con una carpeta bajo el brazo y un discurso de confrontación, la exalcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, regresó al Palacio Municipal para comparecer por segunda vez ante la Sindicatura Procuradora. La militante de Morena, citada por un presunto error en su declaración patrimonial, convirtió su visita en un acto político más que administrativo: llegó no sólo con documentos, sino también con una narrativa victimista y acusatoria que buscó desviar la atención hacia otros actores del escenario político.

Caballero insiste en que el problema fue “un error administrativo” por no incluir los bienes de su esposo, y presentó declaraciones fiscales y documentos del valor catastral de su vivienda —que, asegura, vale 7 millones y no los 15 que se han difundido—. Sin embargo, su defensa no se limitó a papeles: atacó a medios, a la Sindicatura y a la gobernadora Marina del Pilar, a quien responsabiliza directamente de una supuesta persecución política.

Sin identificar a su denunciante, y con reclamos sobre la falta de transparencia en el proceso, la exalcaldesa afirmó estar en riesgo de ser inhabilitada injustamente. Y, para sumar dramatismo, comparó su situación con la del exboxeador Erik Morales, acusado de abuso, señalando que “el abusador está libre, y yo comparezco”.

En su ya conocido estilo retador, Caballero volvió a lanzar dardos contra la mandataria estatal, asegurando que “a mí me persigue la gobernadora, a ella la persigue Estados Unidos”. Su comparecencia se convirtió así en un intento de reposicionamiento político, donde los hechos quedaron subordinados a su estrategia discursiva.

Mientras tanto, la Sindicatura continúa el proceso en su contra. Caballero, sin intención de reconocer responsabilidad alguna, se aferra a su papel de víctima. El Palacio Municipal fue escenario de otra escena más de su narrativa de confrontación, donde en lugar de aclarar, buscó repartir culpas y reactivar su figura política a costa de un proceso legal aún sin resolver.