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Promesas vacías de Gustavo Sánchez; acumula 42% de faltas en el Senado

Aunque el senador Gustavo Sánchez promete diálogo y soluciones para los sectores productivos, su desempeño legislativo refleja una falta de constancia

El senador panista Gustavo Sánchez Vázquez enfrenta un creciente cuestionamiento por la incongruencia entre su discurso público y su desempeño en el Senado de la República. Aunque se presenta como un defensor del diálogo con campesinos y transportistas, sus propios registros legislativos evidencian lo contrario: una larga lista de inasistencias y escasa productividad que ponen en duda su compromiso con la representación ciudadana.

Durante el actual periodo legislativo, Sánchez acumula 42% de faltas a las sesiones que iniciaron el 29 de agosto del presente años, de las cuales la mayoría son justificadas y al menos dos sin justificar, lo que significa que ha estado ausente en casi la mitad de las actividades del Pleno. Pese a ello, ha recibido de manera íntegra su salario superior a los 120 mil pesos mensuales, junto con sus prestaciones y apoyos legislativos, sin que exista sanción o represalia alguna.

A la par de sus ausencias, el desempeño legislativo del senador también deja mucho que desear. En más de un año, solo ha promovido dos iniciativas, ambas centradas en modificaciones menores a leyes existentes. No ha presentado propuestas de fondo que atiendan los problemas que dice defender en Baja California.

Durante sus reuniones con estos sectores, el senador se comprometió a “reactivar las mesas de diálogo” y exigir soluciones a las autoridades federales. Sin embargo, dichas instancias ya se encuentran activas dentro de la política de apertura y conciliación promovida por el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación.

En este contexto, su llamado al diálogo pierde fuerza frente a una trayectoria marcada por la escasa presencia legislativa y la limitada generación de resultados. Aunque su papel como opositor le permite señalar carencias en las políticas públicas, sus propios registros reflejan que la autocrítica y la constancia son también requisitos esenciales de la representación política.

Así, Gustavo Sánchez enfrenta el reto de alinear su discurso con su práctica parlamentaria, para que su papel en el Senado responda realmente a las demandas de Baja California y no quede reducido a un ejercicio de presencia política sin impacto tangible.