Líderes de China, Brasil, Venezuela y Cuba acompañan a Putin en Día de la Victoria
Putin anunció una pausa temporal en los combates en Ucrania, del 8 al 10 de mayo, en un intento de dar un respiro durante las celebraciones.
Este 9 de mayo, Rusia celebró con un gran desfile militar el 80º aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi, en plena Plaza Roja de Moscú. Como es tradición, el evento fue encabezado por el presidente Vladimir Putin, quien dio inicio a la ceremonia a las 10 de la mañana, hora local.
Este año, Putin anunció una pausa temporal en los combates en Ucrania, del 8 al 10 de mayo, en un intento de dar un respiro durante las celebraciones. Sin embargo, el gobierno ucraniano rechazó la propuesta y denunció nuevos ataques rusos justo antes del evento.
Durante su discurso frente a soldados y líderes de varios países, Putin habló del “coraje y espíritu” de los militares rusos que participan en lo que el Kremlin llama "operación militar especial" en Ucrania, conflicto que inició en febrero de 2022. Entre los asistentes destacaron los presidentes de China, Brasil, Venezuela y Cuba.
Más de 10,000 soldados rusos desfilaron, acompañados por tropas de 13 países, incluida una delegación de honor china. El desfile incluyó tanques históricos de la Segunda Guerra Mundial, como el T-34, así como modernos misiles intercontinentales Yars, capaces de alcanzar blancos a 12,000 kilómetros.
También se mostraron misiles Iskander, conocidos por su capacidad nuclear, y varios modelos de drones que actualmente se usan en el conflicto ucraniano, como los Gueran-2, Orlán y Lantset, algunos transportados en camiones militares.
La ciudad de Moscú fue decorada con banderas y letreros conmemorativos, y muchos negocios se unieron a la celebración colgando mensajes de orgullo nacional. Las autoridades prometieron un festejo más grande de lo habitual, dada la importancia histórica de esta fecha para Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas.
En los últimos años, Putin ha recurrido constantemente a la narrativa de la Segunda Guerra Mundial para justificar la ofensiva en Ucrania, argumentando que busca "desnazificar" el país vecino, una afirmación que ha sido rechazada ampliamente por la comunidad internacional.