Trump ordena reanudar pruebas nucleares y pone fin a más de 30 años de moratoria
La última prueba nuclear realizada por Estados Unidos tuvo lugar el 23 de septiembre de 1992, en el desierto de Nevada
Washington, D.C. — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó iniciar de inmediato pruebas con el arsenal nuclear del país, decisión que pondría fin a más de treinta años de suspensión voluntaria y reabriría un capítulo que parecía cerrado desde el final de la Guerra Fría.
El anuncio fue realizado este jueves 30 de octubre, apenas una semana después de que el presidente ruso Vladimir Putin dirigiera desde el Kremlin maniobras de sus fuerzas estratégicas, que incluyeron el lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yars, con alcance de hasta 12 mil kilómetros.
A bordo del Air Force One y rumbo a Corea del Sur para reunirse con su homólogo chino, Xi Jinping, Trump justificó su decisión con un tono desafiante: “Dado que otros realizan pruebas, creo que es apropiado que nosotros también hagamos lo mismo”, declaró, sin detallar en qué lugares se llevarían a cabo los ensayos.
El mandatario minimizó los riesgos de una nueva escalada nuclear al asegurar que “las reservas estadounidenses están bien protegidas”, aunque más tarde matizó su postura al expresar que vería con buenos ojos avanzar hacia la “desnuclearización” e incluir a China en futuros acuerdos de no proliferación junto con Rusia.
La última prueba nuclear realizada por Estados Unidos tuvo lugar el 23 de septiembre de 1992, en el desierto de Nevada. Desde entonces, el país ha mantenido una moratoria aprobada por el Congreso durante la presidencia de George H. W. Bush y sostenida después por Bill Clinton, en un contexto marcado por la disolución de la Unión Soviética y el cierre de la Guerra Fría.
Durante estos años, Estados Unidos ha sustituido las explosiones atómicas por experimentos subcríticos, pruebas que permiten evaluar la seguridad y estabilidad del arsenal sin detonar reacciones nucleares completas. Estos ensayos están permitidos bajo los términos del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares, firmado en 1996 y respaldado por 185 países, aunque nunca ratificado por Washington ni por Pekín, lo que impidió su entrada en vigor.
Desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1992, Estados Unidos realizó más de mil ensayos nucleares, primero en la atmósfera y, desde 1963, únicamente de forma subterránea tras la firma del Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos Nucleares con la entonces Unión Soviética y el Reino Unido. En 1974, ambos países acordaron además limitar la potencia de las detonaciones subterráneas a 150 kilotones, restricción que entró en vigor hasta 1990.
El anuncio de Trump, hecho justo antes de su reunión con el líder chino, fue interpretado como un mensaje de fuerza en medio de la creciente competencia estratégica entre las potencias nucleares. Analistas internacionales advierten que, de concretarse, la decisión reconfiguraría el equilibrio global y marcaría el fin de una era de contención que durante más de tres décadas evitó las explosiones atómicas en suelo estadounidense.