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Trump promete “mejor salud y dinero extra” si se eliminan los fondos de Obamacare

Este sábado, el mandatario planteó que los recursos destinados actualmente a las aseguradoras se entreguen directamente a los ciudadanos

Washington D.C., 8 de noviembre de 2025. En pleno estancamiento político por la reapertura del Gobierno federal, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reavivó el debate sobre la ley de salud conocida como Obamacare. Este sábado, el mandatario planteó que los recursos destinados actualmente a las aseguradoras se entreguen directamente a los ciudadanos, con el argumento de que así podrían acceder a una cobertura “mucho mejor”.

“Los cientos de miles de millones de dólares que van a las compañías de seguros deberían ir a la gente. Así podrían elegir su propia asistencia sanitaria y hasta les sobraría dinero”, publicó el presidente en su red social, Truth Social.
Trump calificó al sistema actual como “el peor del mundo” y pidió eliminar el filibusterismo en el Senado —una práctica que impide aprobar leyes sin 60 votos a favor— para poder avanzar en su propuesta.

La cobertura del Affordable Care Act —mejor conocido como Obamacare— expira a finales de este año y se ha convertido en el punto más conflictivo de las negociaciones entre demócratas y republicanos.
El cierre gubernamental, que ya suma 39 días y es el más largo en la historia del país, sigue sin resolverse por la falta de acuerdo sobre los subsidios que sustentan el programa.

Los demócratas han rechazado cualquier presupuesto temporal que no contemple la renovación de esas ayudas, mientras que los republicanos insisten en retirarlas y acusan a la oposición de querer extender la cobertura a migrantes indocumentados, algo que los demócratas niegan.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ofreció un pacto para reabrir el Gobierno a cambio de extender la cobertura sanitaria por un año más. Sin embargo, el republicano John Thune, líder de la mayoría, descartó la propuesta y la calificó de “fracaso asegurado”.

Mientras tanto, las repercusiones del cierre se sienten en todo el país. Miles de empleados federales permanecen sin salario, el programa de alimentos SNAP enfrenta retrasos en su financiamiento y el sector aéreo sufre fuertes afectaciones: la falta de controladores ha obligado al Departamento de Transporte a reducir el tráfico aéreo hasta en un 10%, con la posibilidad de llegar al 20% la próxima semana.
El resultado ha sido miles de vuelos cancelados o retrasados en los principales aeropuertos de Estados Unidos, un reflejo de cómo la pugna política está comenzando a impactar la vida cotidiana de millones de ciudadanos.